Buenos días grupo. Y doy gracias a que puedo decir «buenos»
Era la primera albergada de Martín con los Scoutt, Imaginad su alegría. Llevaba eufórico toda la semana.
Todo preparado dentro de su mochila, raciones, insulina, comprimidos de glucosa, glucómetro, todos los teléfonos del mundo y por supuesto…. el protagonista de esta historia su blucon con su teléfono.
Había pasado el día muy justo, de tanto ejercicio y como desde casa estábamos alerta avisamos a sus monitores para modificar las pautas.
1,30 de la madrugada, los perritos de la cena hacen efecto, 273. No pasa nada, el las hiper las sabe resolver fenomenal.
4 de la mañana la alerta de hipo suena en mi móvil por primera vez, la silencio un rato, total está en 68 ahora toma algo y remonta.
4,30 de la mañana aparece el odioso LOW, algo va mal, le llamo a el y no lo coge, llamo al primer monitor, apagado, al segundo apagado, el tercero, el cuarto y el quinto tampoco lo cogen. Lista de difusión con bombardeo de mensajes para todos, pero no hay respuesta son ya más de las 5 y en la pantalla de mi móvil aparecen dice, algo va mal y nadie responde 6 de la mañana contacto con el 112 la situación no se resuelve y yo estoy mi asustada. Como esta en otra provincia me derivan desde la centralita de Madrid, atención como siempre impecable, me atiende un operador que amablemente intenta tranquilizarse y me pasa con un médico que me dice que de inmediato envía una ambulancia.
Eran las 6,30 Y la pantalla de mi móvil seguía dando aviso de que aquello no iba mejor, continuó llamando a todos los monitores y a mi hijo pero sigo sin respuesta, mientras tanto me avisan que la ambulancia está en la puerta del albergue pero nadie abre. En esto alguien coge el móvil de Martin, es su primo que apresuradamente intenta despertarle, -esta muy dormido Susi, no se despierta. Yo le digo corre avisa a un monitor y abrid la puerta, os está esperando un médico
Y… por fin Martín recibe su asistencia una dósis de glucagón y de inmediato remonta y se despierta.
Así que está fabula acaba con un final feliz y una moraleja, como todos las fábulas. A mi hijo hoy le salvó la vida las alarmas de su Blucón, todos los pacientes con Diabetes necesitan un dispositivo con alarmas, no es un artículo de lujo. Así las madres que nunca dormimos podemos dar libertad a nuestros pequeños guerreros.
Ahora os dejo porque estoy tan agotada que sólo tengo ganas de llorar.
El instinto de una madre salva vidas.
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