Olga

Nosotros debutamos el 4 de abril del 2003 cuando Ander tenía 10 años. Fue un debút muy traumático porque ingresó en coma, no ya por los valores de glucosa, sino mas bien por los cuerpos cetónicos y por las descompensaciones en el resto de las cosas que se había producido. De hecho, llegó deshidratado, sin potasio, con alteraciones cardíacas, etc… Debo decir que en Ander se pusieron varias cosas en contra, o al menos, solaparon los síntomas claros de una diabetes. En octubre del año anterior le habían puesto el aparato de los dientes. Le pusieron el famoso «arito» para agrandar el paladar y le estaba dando varios problemas. Claro, al final no comía…….tenía la boca llena de llagas……..etc…etc… En enero, pasadas las vacaciones escolares, nos encontramos con su tutor y me comentó literal «que habían perdido al cascabel de clase, que ya no estaba». Ander era (y ha vuelto a ser) el típico que no se calla ni debajo del agua, que es el que siempre tiene ese chiste, etc… y según su tutor aquello había desaparecido. Ese comentario se añadió a nuestro ya desasosiego porque había adelgazado y estaba siempre cansado. Lo bajé al pediatra y se limitó a decirme que era normal que adelgazara, que no comiera, etc.. puesto que debido al aparato tenía la boca fatal. Que procurase hacerle comiditas blandas, etc…, pero que no nos preocupáramos puesto que NUNCA había estado enfermo, NUNCA había tomado antibiótico, lo cual era cierto. El caso es que él seguía jugando a fútbol, entrenando, yendo a clase, a cumpleaños, etc…, es decir, hacía una vida muy normalizada. Yo en casa tampoco le veía cambios excesivos en cuanto a orinar mas de lo normal o beber mas agua, pues ésto último creo que somos una familia abonada al agua. Así pasó febrero y en carnavales hasta se disfrazó. Llegó marzo y hacia mitad del mes yo cada vez le veía mas delgado y la boca la tenía fatal. Tragar era todo un sacrificio para él y ……volví a bajarle al pediatra. La contestación fue la misma, tranquilidad y un colutorio para limpiar las llagas, comida blandita y esperar a que le quiten el aparato. A los quince días mi hijo había adelgazado 14 kilos y entonces mi marido y yo volvimos a bajar al pediatra y llevamos al niño en ayunas para que le hiciera una analítica, ya veis la ignorancia que teníamos de la diabetes, cuando ahora sabemos que ni tan siquiera hace falta llegar a estar en ayunas. Salimos de la consulta igual, sin analítica porque él no consideraba que le hiciera falta y porque……….todo era el aparato de los dientes. Con las mismas en cuanto salí de la puerta del ambulatorio me fui al dentista y le dije que le quitara el aparato, lo cual hizo. Entonces me comentó que parecía que había cogido vicio en respirar por la boca y que era probable que fuera una alergia, así pues a lo mejor convenia llevarle al médico o ir a un logopeda para que le enseñara a respirar bien. Hice esto último porque tengo una amiga logopeda. Nos enseñó a soplar velas, globos, a hacer ejercicios de diafragma…….., pero aquello no iba bien, así pues nos fuimos un sábado a urgencias. En todo éste tiempo, y puesto que no me daban ningún diagnóstico, a mi se me metió en la cabeza que mi hijo tenía una leucemia. Me pasaba el día buscando ganglios donde no los había, así pues, cuando llegamos a urgencias yo iba con un ataque de ansiedad terrible, porque sabía positivamente que algo pasaba. La exploración física estaba bien e incluso me dijeron que podía ser que simplmente yo le estuviera transmitiendo mi angustia: cuando llegó el resultado de la analítica……..fue terrible. Aún hoy recuerdo a la médico de urgencias diciéndonos «chicos, no tengo buenas noticias……..». La verdad es que fue super amable, nos explicó todo lo mejor que pudo, pero estaba tan mal que no nos dejaron verle hasta que ya estaba monitorizado y con la perfusión puesta. Los días siguientes………supongo que como los que habeis vivido todos, estuvieron llenos de angustias, miedos, dolor, información, dolor, y mas dolor. Estuvo dos días que prácticamente no abría los ojos, tampoco le daban nada para comer, solo era perfusión de glucosa con insulina y monitor cardíaco. El tercer día, ya mas compensado, se pinchó él solito y hasta hoy, diez años después. El es un campeón que nos ha dado, y nos sigue dando, lecciones día a día. Ha sabido adaptarse perfectamente a lo que la diabetes le permite y no le permite (que es muy poquito). Juega a fútbol en la categoría de preferente, ha entrenado durante cinco o seis años a equipos infantiles, le han operado en tres ocasiones y se ha roto en otras tres, ha viajado dentro y fuera de España, tiene novia, está en la universidad haciendo Dietética y Nutrición, es decir…………..hace y le pasa lo que a cualquier otro. Yo simplemente, para los nuevos, decirles que con la diabetes se aprende a vivir, que después de la angustia inicial, llega la sabiduría para salir airoso de todas las zancadillas que el día a día nos puede poner y que al final, cosas así, nos hacen y les hacen sobre todo a ellos, a nuestros niños……….mas sabios. Perdonar la extensión, gracias por leerme. Un abrazo.

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