Llevo muchas noches sin dormir. Tantas como días desde que Sergio llegó al hospital.
-¿Diabetes? ¿Es grave? –pregunté preocupado.
– No teman. La diabetes se controla sin problema y su hijo tendrá una vida normal como cualquiera. Solamente debe seguir su medicación y unos hábitos de vida saludables.
Aquellas palabras fueron un bálsamo en esos primeros momentos, pero con el paso del tiempo, las cosas no eran tan fáciles como parecían. Controlar la glucemia era más un logro épico que una prescripción médica alcanzable. El aparatito que nos dieron tan pronto marcaba 350 como 45. Había incluso días que combinaba ambos extremos de manera anárquica.
Han pasado ya cinco años y todos en casa hemos aprendido mucho sobre diabetes. Y sigo sin poder dormir muchas noches, pero sólo cuando Sergio sale con sus amigos. Porque ahora lleva una vida normal y él controla tanto su vida como su diabetes.
Oscar López de Briñas Bilbao, 2013