Yo también me animo a compartir nuestra experiencia.
Jamás se va a ir de nuestros recuerdos aquel 21 de enero de 2015.Llevábamos unos días en los que Carolina, mi dulce guerrera, con 5 años recién cumplidos, estaba muy extraña. Había perdido peso, pero no le di importancia porque estaba más alta, pero lo que me sorprendió es la manera en la que bebía agua y que llevaba unos días haciendo mucho pipi, incluso en la cama.
La llevé al pediatra por ver que era lo que pasaba, aunque algo sabía que pasaba, y 390 de azúcar. Aún recuerdo sus palabras “coge las cosas que necesites e iros para el hospital, os están esperando, porque no se cuento tiempo vais a estar allí”.
Y ahí estaba mi dulce heroína, montada en la camilla, con un pijama que le habían puesto, tres tallas más grande, agujas por un lado, suero por otro, pinchazos en los dedos, etc, y ella con su mejor sonrisa, esa que aún hoy, dos años después no ha perdido y es la que me hace seguir adelante.
Y pasó, había debutado, vaya con la palabrita, y a partir de ahí aparecieron muchas más palabras raras: glucómetro, tiras, glucemia, insulina rápida, lenta, hidratos de carbono, hipoglucemias, hiperglucemias, etc
Y preguntas sin respuestas, ¿ qué he hecho mal? ¿ seguro que ha comido algo que no tenía que comer?, ¿porque a ella y no a mí?, esas preguntas que nos hemos hecho todos los que hemos vivido este momento, en el que nos convertimos en el páncreas de nuestra queña princesa. Fueron momentos muy duros, lloré mucho, aún lo hago, y descubri lo fuerte que era mi hija con solo 5 años, lo que un cuerpo tan pequeño puede llegar a soportar, lo que tu puedes llegar a resistir, y lo mas duro, la gente que tienes a tu lado y no puede llegar a comprender lo que te pasa, que vivas pendiente de tu hija, que tengas tantas frustraciones, que las ojeras hayan aparecido en tu cara, etc, pero de todo lo que nos pasa en la vida aprendemos una lección, y yo de esta he aprendido muchas. Aunque también hay muchas que han sabido estar ahí, a todas ellas GRACIAS.
Haciendo balance de estos dos años y medio me sigo quedando con esa sonrisa que aún se sigue dibujando dia a dia en su cara y, aunque aún hay días en lo que tu almohada ve que ya no puedes más, te levantas, te pones tu mejor sonrisa y a seguir luchando porque la sonrisa de mi princesa nuca se borre de su cara.
Ojalá pronto llegue la cura de la Diabetes y mientras tanto las administraciones se den cuenta de lo importante que es un buen control de la Diabetes y contar con todos los recursos que existen y que no están al alcance de todos.