Intentaré explicar brevemente, 17 de junio de 2012, mi hija Lucía hace la primera comunión, le regalan mucha ropa y dinerito, con lo que se compra algunas cositas más durante las dos semanas siguientes, final de curso y tiene excursión a un parque acuático, al llegar esperando que viniese super contenta la veo cabizbaja, se había hecho pis a su regreso. Raro… Pasan los días y comienza el verano, la vida nos jugaba una mala pasada, 6 de julio su abuelo empeora de una grave enfermedad y fallece a los dos días. A todas estas yo con la mosca detrás de la oreja pido cita a su pediatra (mi hermano también es diabético). Con motivo del fallecimiento de su abuelo la dejo a dormir en casa de una buena amiga, se orina por la noche. Salgo del velatorio de mi suegro el día 9 de julio y la llevo a su pediatra. Cada vez está más delgada, la ropa que le regalaron por su comunión le queda enorme, algo malo ocurre. Con glucometro en mano el diagnóstico es claro, urgente al hospital, analítica a su entrada e ingreso urgente. Glucosa a casi 800. Sólo lloró una vez y hasta la fecha su sonrisa me ha ido dando ánimos para seguir adelante. Desde el primer día se inyectó sola, como sí lo llevase haciendo toda la vida. Es una campeona!!!!