UNA AUTÉNTICA NOCHE SIN DORMIR
La primera vez que oí el nombre de «Noches sin Dormir», pensé: «¡Qué nombre más original. La verdad es que mira que pasamos noches enteras sin dormir!»
Pero ha sido esta misma noche, dos años y ocho meses justos después del debut, cuando estoy descubriendo lo que es una verdadera Noche sin Dormir:
Llevaba más de dos horas y media sin remontar, y unos vómitos horribles; y empecé a sentir como el miedo me iba estrangulando poco a poco.
Cuando el glucómetro marcó 43, ya no lo dudé más y salí como alma que lleva el diablo para el hospital. No sé si algún radar de control de velocidad me habrá pillado, y poco me importa la verdad sea dicha. Yo sólo sé que los kilómetros que separan nuestra casa del hospital se me hicieron eternos, como esas películas de miedo en las que el pasillo se alarga y se alarga…mientras que a mi lado una manita temblorosa me decía: «Tranquila Mami, que estoy bien»…
No, yo no soy la dulce de la casa; sino mi niña, mi princesa.
Tras llegar al hospital y hacerle un reconocimiento deciden darle un medicamento oral para cortar los vómitos, pero no surte efecto; y una vez comprobado que la glucosa cae estrepitosamente (37mg/dl) acompañado de temblores y un aturdimiento que ya me hace pensar lo peor, le inyectan rápidamente un suero glucosado.
Ya está estabilizada e ingresada en planta. No sé por cuántas horas o días estaremos por aquí. Lo único que sé que ahora mismo la estoy observando y veo como duerme, cuál bella princesa de cuento, la diferencia es que ella no es para nada una princesita ñoña, todo lo contrario, mi niña es una auténtica guerrera que, incluso en la peor hipoglucemia de su «dulce vida», me anima, acariciándome la cara, diciéndome que no me preocupe, que pronto va a estar bien…¡¡¡ole mi niñaaaa, a eso lo llamo yo CORAJE Y VALENTÍA!!!
Mientras tanto yo, con los ojos llenos de lágrimas, por el susto tan terrible que me he llevado hace unas horas y por lo impotente que me hace sentir esta horrible enfermedad, me dispongo a pasar mi primera Auténtica Noche Sin Dormir.
Almudena