Yo justo acababa de cumplir cuatro años (Noviembre del 84, y mi cumpleaños es el 26 de Octubre, así que toma regalito), de manera que de mi vida sin diabetes practicamente no recuerdo nada, cositas sueltas; lo poco que recuerdo de mi debut es que estaba siempre muy cansada y que una vez a la semana tenía que ir en ayunas a que me hicieran análisis y ahí aprendí un montón de palabrotas (pobre enfermera lo que tuvo que aguantar), luego ya me acostumbré y le pedí perdón a la pobrecilla.
Por eso quizás tenga un visión diferente de la de aquéllos que han debutado teniendo parte de su vida hecha, quiero decir, como no recuerdo mi vida sin mi amiga, no hay nada que eche de menos, siempre he tenido que seguir un control riguroso y desde hace mucho es algo que hago de manera automática como quien a primera hora de la mañana va directo a hacer un pis; ya con cinco años aprendí a ponerme las inyecciones yo sóla, que en aquélla época sólo teniamos viales y jeringuillas, menudo engorro. Recuerdo en fiestas de Bilbao, con unos 9 años, estar viendo con mis padres los fuegos artificiales en el Parque Etxebarria, allí sentados en la hierba y un montón de personas más, yo saqué mis utensilios, alcohol, algodón, los dos viales de insulina, la jeriguilla, y tan tranquila me puse a manipularlo y ponerme a inyección cuando miro a mi alrededor y veo a un montón de personas boquiabiertas, y oía, pero que está haciendo, si solo es una niña, y sus padres al lado, de manera que a mis padres y a mí casi nos da un ataque de risa.