La diabetes va dónde yo voy. Está dónde yo estoy. Está presente con quién estoy. Duerme conmigo, se despierta conmigo y se vuelve a acostar conmigo también.
Se ha convertido en un número que siempre me acompaña. Un pitido que me persigue. Un neceser lleno de cosas. Una concha en mi brazo. Una cánula en mi abdomen. Una máquina colocada en mi pantalon.
Tengo plan A, plan B y plan C cada vez que salgo de casa. Siempre me aseguro alguno, pero cuando me voy muy lejos tocan los tres.
Vivo el momento y por eso, a veces me toca parar cuando me gustaría seguir corriendo. Me toca avanzar, cuando necesitaria parar. Me toca quedarme despierta, cuando me gustaría seguir durmiendo. Me toca esperar a comer, cuando me muero de hambre o me toca comer, cuando no me entra nada más.
Y detrás de cada «me gustaría», hay muchas emociones. Por ello, me adaptó a las circunstancias, pero me permito también.
Y sí, hoy es el dia mundial de la diabetes, pero para mi es el día mundial de las personas que la padecemos. 💙
Miriam