Ya fue de mayor.
En la empresa hacíamos cada dos años un reconocimiento médico y hace ya camino de 14, en uno de esos me vuelven a llamar al cabo de unos días y me dicen que me van a hacer otro análisis de sangre porque parecía que tenia el «azúcar alto».
Y cuatro días después me mandan una carta para fuese a la seguridad social para ampliar las pruebas.
Análisis, la famosa curva y a las tres semanas salía con una colección de pastillas.
Mi padre era ya compañero de la Betty.
El hombre, trabajo toda su vida y la única herencia que pudo dejarme fue esto… mi hermana también comparte esto.
La evolución pues no fue buena, de unas patillas a otras y otras y al final entro en mi vida la Lantus.
Las pastillas cada vez me ponían peor, no las toleraba, problemas de estomago sobre todo y se unió a mi la Victoza.
Lantus y Victoza durante un tiempo caminaron juntas, a mi lado y parecía que la cosa funcionaba.
Pero algo paso dentro de mi y los controles se disparaban aun a la dosis máxima de Victoza así que el paso siguiente fue cambiar de endocrino al cambiar de residencia, del País Vasco me pase a Cantabria y me atendieron en el hospital de Valdecilla, la endocrina Dra. San Gil, me sometió a pruebas de nuevo y empecé a usar ActRapid.
Los controles mejoraron mucho y en la siguiente visita cambiamos a Apidra y Lantus.
Ahora es lo que me pongo, los controles van bien sino hay factores externos (como la cortisona).
Mi historia es poco interesante, pero hay esta, una mas.
El sufrimiento fue mío y de mi mujer que ya sabéis que los malos controles pueden afectar al humor, pero lo llevamos bien, lo malo son los peques, los que no han hecho nada y tienen que verse de por vida en esta situación.
Un abrazo.