Mi miedo
Mi miedo eran las agujas, pánico a los análisis de sangre y casi me atrevería a decir miedo a los médicos y enfermeras. Nunca me había pasado por la cabeza pensar que algún día sería capaz de poner una aguja en mi cuerpo,…y así hasta que cumplí los 19 años.
Recuerdo los días previos al debut que estaba muy cansada. No tenia hambre y sin más comía que deboraba los alimentos (sobretodo si eran cosas dulces) así y todo en diez días adelgacé más de 4 kilos (que suerte!, pensaba aquellos días). Tenia mucho pipi y lo que más me llamaba la atención era que siempre tenia sed. Me comparaba con estas personas adictas al tabaco. A mi me sucedía lo mismo pero con agua.
Cuando hacia unos días que tenia toda esta serie de síntomas, lo comenté el tiempo de la cena y mis padres, riendo, me dijeron: A ver si tienes diabetes!?. ¿¿¿Diabetes??? Aquella misma noche el miedo invadió mi cuerpo. Empecé a buscar información por Internet y me daba cuenta que todos mis síntomas se correspondían. Estaba tan nerviosa, saturada de información que no era capaz de ver más allá de una montaña y ni siquiera miraba los avances de la enfermedad. Pensaba que las personas con diabetes aun se ponían insulina con una gomita en el brazo. Tarde en pedir hora al médico. Pensaba que para saber el diagnóstico me tendrían que hacer un análisis de sangre y a partir de aquel momento me tendría que inyectar insulina en mi cuerpo si quería comer. Llegó un momento que no comía, no dormía, estaba débil, solo lloraba, no vivía ni dejaba vivir i fui a pedir hora al médico.
Tenia para un viernes por la mañana, (un viernes azul). Mi hermana decía que eran tonterías mías, que tanto lo había buscado que yo misma me había inventado una enfermedad. Como no se lo creía, me prometió que si no tenía esta enfermedad, si estaba buena me regalaría una tarta, pero yo sabia que nunca llegaría este regalo,…. El miércoles previo a la cita con el médico, me enteré que con un glucómetro (en aquellos momentos no sabia que era) sabría el resultado en menos de 5 segundos. Fui a casa de mi tía y PAM! 380mg/dl. Repetimos la mediación porque yo decía que terminaba de cenar y 410mg/dl. A partir de entonces, todo fue muy rápido. Hospital, ingreso, suero, insulina, un regalo no deseado (un glucómetro!), raciones y una cantidad enorme de información.
Cambié mi manera de vivir. Aprendí a valorar otras cosas y a cuidar más mi cuerpo, mi alimentación y hacer deporte.
Después de cinco años, muchos cursillos, mucha información, haber conseguido tener una microinfusora,…miro el pasado y me rió de mis miedos infantiles.