15 de Septiembre de 2014.
Dos meses antes estaba embarazada de casi 9 meses, quedaba poquito para que naciera la chica de la familia, era la tercera y en su hermano Abel, el mayor, comenzaban a aparecer claros síntomas de «celos». «Mamá, me encuentro mal, no se, estoy raro». Los «celos» fueron aumentando cuando su hermanita llegó a casa, ya que con siete añitos, y después de controlar perfectamente el pipi, comenzó a hacérselo de noche. Era verano, y todos los niños estaban de vacaciones, por lo que jugaban en la calle sin descanso. Abel venía sudando, pidiendo pipi y agua una y otra vez ( será para llamarte la atención porque no quiere que estes mucho tiempo sola con la hermanita, eso me decia la gente). Comenzaron mis sospechas, y yo pedia opiniones, ¿Sera diabético? Anda ya mujer, que cosas, estamos en verano y es normal que beba y haga mas pipi, y hacerse pipi por las noches es por los «celos», además los diabéticos pierden peso, y Abel, al contrario, había puesto un par de kilos. Pues tendrían razón. Después de dos meses ya no era normal, que va, ya no. Le pedí a mi madre su glucómetro( es diabética tipo 2) y le hicimos una prueba, 211. No podía ser! Me quedé bloqueada, no pensaba, no escuchaba, solo recuerdo la cara de mi madre!
Abel fue valiente, al principio si, hasta que fue descubriendo que era una enfermedad para siempre, ya no lo acepta. Esta cansado de pinchazos. Dice que odia la diabetes. Así que ahora toca ayudarlo, enseñarle las cosas positivas que te da la diabetes, a conocer gente. Entrar a formar parte de estos grupos y leerle los debut de los demas, las experiencias de los que llevan años y la compresión de los que acaban de empezar es una gran terapia para él, y para el resto de la familia. Gracias por tanto.
Nuria