Ella eligió a mi hijo

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M Ángeles Pedrol‎Noches sin Dormir
Ese verano mi hijo tenía el guapo subido, todo el mundo me lo decía. Nunca había sido un chico gordito, pero le sobraban unos kilitos que perdió unos meses antes de la fecha señalada. Yo, como madre no me esperaba nada, aunque me preguntaba a qué se debía el cambio: hacía más deporte, crecía, se estilizaba a pesar de estar comiendo más, su cuerpo iba cambiando… Pero el 26 de Septiembre supe la razón.
Ella apareció en nuestras vidas, así, sin avisar. Cuando me la presentaron, la verdad, como la mayoría de las suegras con sus nueras no me entró por el ojo. Pero se instaló en nuestra casa y vino para quedarse. En ese momento no me gusto que se viniera a vivir a casa, pero no fue hasta unos meses después cuando me dí cuenta de lo que supondría vivir con ella siempre.
Voy a hacer de suegra y os explico como es ella. Ella es muy dulce, aunque un poco fastidiosa y con mucho carácter. Le gusta mucho ser el centro de atención y que la mimen, si no le haces caso puede darte el día, la semana o el mes, depende de lo enfadada que esté. Desde que llegó no se ha despegado para nada de mi hijo, él no puede salir sin ella con sus amigos, le acompaña a todos los sitios donde va, a estudiar, a entrenar… a todos los sitios.Es bastante controladora: controla lo que comemos, cuándo comemos, el deporte y… yo diría que todo lo que hacemos. A veces me gustaría que lo dejara respirar algún ratillo. Desde que ella está en casa, las relaciones familiares han cambiado: nos ha hecho reír, llorar, ayudarnos, pelearnos, abrazarnos… Algunas noches no nos deja dormir y desde que mi hijo está con ella a veces se levanta empapado en sudor y agotado. Día a día estamos aprendiendo a convivir con ella.
Tengo que reconocer que también nos ha traído cosas buenas: nos ha permitido conocer a gente fantástica que sin ella nunca hubiéramos conocido, nos ha enseñado a cuidarnos, a comer bien, que hay que hacer deporte, vivir el día a día y a ver la vida desde otro punto de vista
Petición de mano, oficialmente no hubo, porque creo que si hubiera habido yo como suegra hubiera dicho “NO QUIERO!!!!”. La verdad es que no pudimos elegir, si hubiéramos podido elegir no creo que nadie en casa la hubiésemos elegido a ella. Me hubiera gustado que no se casara con mi hijo, pero sabemos que está aquí para quedarse y para siempre, sin opción a divorcio. Pero a pesar de todo esto el próximo 16 de Septiembre queremos celebrar esta unión. Nos gustaría hacer una gran fiesta y que viniera mucha gente, cuanta más mejor.
Como habréis intuido ella no es una chica como las demás, ella se llama diabetes y se casó con mi hijo hace casi 4 años, cuando él tenía 10. Y se casó, como se casaban antes, para toda la vida.

 

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